Mari
Las cosas no son siempre lo que parecen. Nuestra capacidad de percepción es
mucho mas fluida que a lo que nuestra capacidad diaria nos permite tener acceso.
Podemos por ejemplo, imaginar que estamos sentados en el sol mirando a la
Tierra, ver un eclipse en el momento que la Luna aparece, oculta la Tierra
de nuestra vista, se convierte en disco brillante y reflexivo y catorce días
mas tarde el Sol, la Tierra y la Luna se alinean de nuevo. Esta vez estamos
en la Tierra mirando hacia la Luna en el instante en que sale y observamos
poco a poco como aparece el reflejo de la totalidad de nuestra tierra. La
realización da a nuestro cuerpo un empuje. Un ejercicio de conciencia en nuestro
estado diario.
Pero observe esto, en ese lugar el tiempo cambia, el lugar cambia, la realidad
delante de nuestros ojos cambia. Frente a nosotros un delicado cocuyo de finos
filamentos de luz, perfectamente tejidos unos con otros, crean una bola hecha
de cientos y miles de hilos traslúcidos acentuados con gotas de luz brillante
repartidas por toda ella. Ser capaz de colocar sus manos entre los hilos,
separándolos y luego ver girar en el centro el globo verde mas precioso que
jamás haya podido imaginar.
En el fulcro de este lugar es donde la Bruja Mari vive. Su Tierra es fluida,
se mueve, respira y desde nuestro de punto de observación podemos percibir
la belleza de esta Tierra, de los mares azules y de la miríada de colores
de los continentes conforme dan vueltas alrededor de su globo. No es sólido
sino vivo.
Mari es el inicio de todas las cosas, ella está presente en esa primera interacción,
en esa primera concepción, el lugar desde el que todas las cosas fluyen. Ella
mantiene abierto el espacio con la sorginerratza.
Su casa se llama Akitaniarren Etxea y al igual que su escoba consta de una
realidad física. Un lugar al que ella llama casa.
Sorginerratza
En el nacimiento, cuando el niño /a viene al mundo, una vibración viaja en
forma de onda a través de todo su cuerpo preparándolo para el primer respiro.
Nuestra gestación no para en el nacimiento. El cuerpo, mente y sistema ventricular
se sigue desarrollando hasta la edad de siete años, a partir de la cual, se
requiere un esfuerzo consciente para mantener las vías despejadas y operacionales.
Durante nuestros primeros siete años, la fluidez de nuestro ser opera en un
mundo mágico. Viendo el mundo por lo que es. Una exuberante gama de maravillas
vivas, viviendo en el tejido del ser de Mari y su mundo.
Gestos físicos afectan ese mundo y nuestro ser físico es a su vez afectado
por él.
Después de los siete años las vías del cerebro son moldeadas de acuerdo a
su uso, dejando sólo aquellas que refuerzan lo que es necesario en esa sociedad
o entorno en particular en el que nos encontramos. Nunca jamás tenemos acceso
a nuestro lado mágico. A partir de este momento y para siempre, entraremos
en nuevas situaciones con herramientas limitadas.
Los orígenes del cerebro y el cuerpo se encuentran en esa primera muesca creciente
de siete días en el exterior de la célula del óvulo, alrededor del cual, el
óvulo se dobla formando un tubo conductor. Este se convierte en la parte delantera, central
y trasera del cerebro, espina dorsal y sus espacios ventriculares. En estos
espacios hay un líquido especial compuesto de pequeños cristales. Este líquido
baña al cerebro y a la columna, lugar donde los nervios sensoriales se originan
y extienden y alrededor de los cuales los órganos y músculos se forman. Este
líquido cristalino proporciona a los nervios un cubierta fina que actúa como
conductor, mas o menos como un trozo de alambre colocado sobre un cristal
recogería una señal de radio. De forma que las terminaciones nerviosas por
todo el cuerpo reciben una inmensa cantidad de información externa.
Las terminaciones nerviosas adoptan una iridiscencia que activa y refuerza
los músculos y órganos, haciendo que el cuerpo se relaje, esté mas suelto
y lleno de vida ya no está usted mirando al mundo sino viéndolo como
si de la primera vez se tratase. Despertando la mente real la totalidad
del cuerpo.
No
hay separación entre el cuerpo y el mundo exterior. El cuerpo es el mundo
exterior.
Existen cinco áreas en el cuerpo en las cuales las terminaciones nerviosas
cumplen una función especial.
La primera es receptora del líquido cristalino, nodos rodean el tercer espacio
ventricular conectando así las terminaciones nerviosas con ese espacio. Responde
al uso de los sentidos conocido o desconocido uno por uno, rompiendo
y dispersando pensamientos internos. Utilizando la atención los ventrículos
necesitan abrirse y los sentidos extendidos hasta sus límites, accionando
el interruptor y encendiendo el cuerpo.
El segundo espacio en la V del cuello. Un lugar de despedidas finales. Sólo
se activa cuando no quedan ataduras emocionales es un eslabón limpio.
Se encuentra en una muy cerrada proximidad física cara a cara. Es también
la única forma en la que usted puede ver a Mari.
El corazón de la Sorginerratza y el Sabori, un lugar de Emaldi. Un lugar desde
el que se sueña, se ve y se viaja un lugar tan vívido que la realidad
sobrepasa a nuestra capacidad de percepción diaria. Un lugar que da acceso
a todos los mundos a los que el hombre tiene acceso. Un lugar en el que se
habla el idioma nativo de Mari.
Una cuerda invisible en el área del diafragma, la cual vibra fuertemente cuando
es seccionada y que regresa la energía a su origen. Realizamos muchas de estas
conexiones a través de las interacciones en la vida.
La puerta a través de la cual la vida se convierte en ser y a través de la
cual la vida sale. Todas las terminaciones sensoriales se encienden dando
al cuerpo un resplandor que dura tres días. El tiempo en realidad para nacer
o morir.
La Sorginerratza se beneficia de mantener sus espacios limpios y operacionales.
Siendo la respiración el limpiador primario inhalando por ese punto
en la parte alta de la cabeza, la nariz o boca o la Genitalia. Llevando la
respiración alrededor del cuerpo en dos direcciones, a la parte alta del cuerpo
y hacia abajo por la espina dorsal o la parte trasera, para arriba de la columna
y hacia abajo por el frente. Parando en cualquiera o todas las cinco estaciones
en las que se alinea con esos espacios. Como por ejemplo, el puente de la
nariz o el espacio entre los omoplatos. Varias condiciones se pueden engendrar
totalidad, virginidad o rejuvenecimiento.
Estos deberían por lo general, realizarse en el suelo, de piernas cruzadas
y sin ropa.